domingo, 15 de marzo de 2009

SE NECESITARON 39 AÑOS PERO. . .
EL MIEDO Y LA MENTIRA HAN SIDO VENCIDOS,
HA GANADO LA ESPERANZA


La etapa histórica de El Salvador que dio inició en 1970 se cierra este día, exactamente 39 años después. En 1970 pequeños grupos de hombres y mujeres decidieron alzarse en armas debido a la imposibilidad de lograr cambios en las condiciones y calidad de vida de la población salvadoreña por medio de la reglas del juego democrático.

Los sectores económicamente poderosos de esa época, que "casualmente" son los mismos de hoy contaban con un régimen militar que a fuerza de represión y terrorismo de estado trataban de acallar los reclamos de la población por fuentes de trabajo, mejoras en la salud, educación, vivienda y en los servicios básicos así como en libertad política y libre expresión.

Lo justo y necesario de alzarse en armas se confirmó en 1972 y 1977 cuando una coalición de partidos políticos ganó inobjetablemente las elecciones para presidente de la república pero en ambas ocasiones el régimen militar por órdenes de sus patrones se negaron a reconocer las victorias del Ing. Napoleón Duarte y el coronel Carlos Claramount respectivamente, en cambio impusieron como presidentes a fuerza de sangre y metralla ante las protestas de la población a un coronel, Arturo Armando Molina y a un general, Carlos Humberto Romero.
La década de los años 70 del siglo XX se caracterizó por ser un período de lucha frontal pero desigual entre grandes masas de población organizada y un feroz régimen militar que torturó, desapareció y asesinó a miles de personas. Sin embargo esa es la semilla de lo que se ha logrado este domingo 15 de marzo de 2009 con la victoria de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén en las elecciones presidenciales.
Todos los que sobrevivimos a los difíciles años en que hasta la mas mínima protesta era motivo de tortura, desaparición, muerte, de represión abierta y generalizada, este día nos sentimos recompensados. Valió la pena los sacrificios y privaciones.
En la década de los 70, enfrentando la represión se forjó el embrión del ejercito guerrillero y de la alianza revolucionaria que llevó adelante la guerra que desembocó en los Acuerdos de Paz de 1992. Evento histórico que a su vez se convierte en un nuevo punto de partida.
En 1992 el ejercito guerrillero, ejercito originado en la represión y en la injusticia se convierte en partido político, acepta las reglas del juego democrático existente para continuar por este medio el camino hacia el poder.
20 años han hecho falta para lograrlo, años en que se han cometido errores pero también se han tenido éxitos. Ha sido una nueva escuela para los ex guerrilleros que ahora tendrán la oportunidad de comenzar a realizar los sueños de los miles que murieron y de los millones que ahora apenas sobrevivimos gracias a los 20 años de desgobiernos de la derecha política y sus amos.

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