viernes, 26 de octubre de 2012

La despolitización de la sociedad

Con el permiso de mi amigo Gerson Vichez, a continuación reproduzco un breve artículo que busca aportar sobre un tema de actualidad. Es el referente a que los sectores de poder permanentemente sugieren "no meterse en política" como una maniobra para desalentar la participación ciudadana en los temas que les afectan y en los que tienen el derecho y el deber de involucrarse, a continuación el artículo.

“Usted haga como yo, que no me meto en política”, decía el militar y dictador español Francisco Franco. Esa idea es retomada por quienes ostentan el poder real para satanizar la participación ciudadana y de esta forma neutralizar cualquier transformación social.
  
Por Gerson Víchez*

Todos los días hacemos uso del lenguaje para poder comunicarnos, repetimos palabras o frases sin reparar –muchas veces– en su significado, creemos que la conformación de las palabras es un hecho aislado y natural, cuando en realidad se trata de una estructuración que pasa por la lingüística, la cultura y la política.

De acuerdo al teórico mexicano Antonio Paoli, el leguaje tiende a desarrollarse como expresión de una voluntad política unificada. 

En El Salvador podemos comprobarlo día a día, a pesar de que 36,5% de la población vive debajo del nivel de pobreza,  los insultos más comunes son: gato, champero (de champa), bajero, prole (de proletario), grencho, indio, entre otros. Irónicamente, muchos de los que usan estas palabras como peyorativo son pobres.

Los cambios en el lenguaje también han creado el imaginario de una sociedad sin clases sociales. Sin duda las clases sociales y sus fracciones han sufrido importantes transformaciones en los últimos años, pero en lugar de complejizar más estas categorías las hemos simplificado, reduciéndolas a dos bandos: sociedad civil y clase política.  

Este reduccionismo no es casual, es parte de la despolitización de la ciudadanía. De ahí que, por ejemplo, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), a pesar de ser un poder fáctico, hable en nombre de la sociedad civil o que columnistas, periodistas y líderes de opinión acuñen el término “clase política” para referirse a todos los actores políticos de nuestro país, como si estos no difieren en sus motivaciones y objetivos.

“Usted haga como yo, que no me meto en política”, decía el militar y dictador español Francisco Franco. Esa idea es retomada por quienes ostentan el poder real para satanizar la participación ciudadana y de esta forma neutralizar cualquier transformación social.
Por eso muchos adolescentes, jóvenes y adultos dicen que no se meten en política, cuando cada una de sus acciones, dentro de la sociedad, es un acto político.

Y es que nada es más eficaz para el sistema  que una masa apática, carente de crítica, desorganizada, cegada por el discurso mediático, que no exija sus derechos y se deje  guiar por los que sí se interesan por la política.

*Periodista y Columnista de El Blog

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