viernes, 8 de marzo de 2013

Mi personal homenaje a la Mujer en este 8 de marzo

Este 8 de marzo que se celebra como Dia Internacional de la Mujer me trae al recuerdo tres mujeres que conocí, con las que compartí sueños hace algunas décadas y que tuvieron muertes trágicas.

Ana (nombre ficticio) era estudiante de la UES, formaba parte de un grupo musical folclórico, tenía una voz angelical, cantaba canciones del Silvio Rodríguez, los hermanos Mejía Godoy, Mercedes Sosa, etc. en especial nos ponía "la carne gallina" cuando cantaba la Canción del Elegido de Silvio Rodríguez. También estaba organizada en una de las organizaciones estudiantiles universitarias donde por su dedicación, disciplina y claridad ideológica ya había logrado llegar a formar parte de la dirección como responsable de organización. Con el grupo musical se presentaban tanto en la UES como en los centro universitarios regionales pero también acompañaban las tomas de fábricas y templos religiosos que realizaban los trabajadores, los mítines luego de marchas exigiendo democracia y reivindicaciones sociales. Un día, se dirigía hacia el Centro Universitario de Oriente en San Miguel para supervisar el trabajo organizativo de su organización y para realizar una presentación musical cuando el transporte en que se conducía fue detenido, alguien la identificó como "subversiva", fue bajada con violencia y desde ese día jamás volvimos a saber de ella. Su compañero sentimental y cantante del grupo casi se vuelve loco, no logró superar la pérdida de su compañera y se retiró de la actividad política. Su desaparición física nos impacto mucho, recuerdo que pasó un tiempo en que casi no queríamos llegar al local de la organización debido a los recuerdos que de ella nos traía y eso nos afectaba mucho. Era apenas 1977 acontecimientos aún mas duros estaban por venir.

María (nombre ficticio) vecina del barrio donde crecí y hermana de un entrañable compañero, era una cipota muy inteligente, activa, vivaracha como decimos pero muy formal y seria. Nos veía a su hermano y a mí, las vueltas que dábamos hacia y desde la UES, le notábamos la curiosidad pero nunca nos preguntó nada ni nosotros le dijimos nada tampoco. El tiempo pasó, terminó su bachillerato e ingresó a la UES y sin que nos diéramos cuenta, un día ya pertenecía a nuestra misma organización, nunca le preguntamos que la había llevado a organizarse y tampoco la desalentamos para que se saliera pero a ambos nos atemorizaba lo que podía pasarle porque la veíamos bien "ciclilla" para el ritmo de actividad que teníamos y los peligros que a diario enfrentábamos. Con el tiempo nos dimos cuenta (a través de quienes la dirigían) que mostraba las mismas cualidades que de cipota y eso la iba haciendo ganar confianza y escalar responsabilidades en la organización. Luego, ya como parte de una estructura organizativa clandestina se dirigía hacia Chalatenango a atender un colectivo de trabajadores del campo bajo su responsabilidad cuando el transporte en que se dirigía fue detenido a la altura de Aguilares, bajaron a todos los pasajeros, en el registro le encontraron documentos comprometedores por lo que inmediatamente fue detenida y desaparecida hasta el día de hoy. Ya habíamos llegado a 1981, los vientos de guerra se asomaban.

Por cierto, en 1979 esta joven fue testigo presencial de la captura de Facundo Guardado en el centro de San Salvador, ella iba en un bus de la 23 cuando se armó un alboroto que obligo a que se detuviera, eran patrullas que estaban capturando a Facundo, esa casualidad permitió que de inmediato se conociera el hecho y montará una campaña de denuncia que culmino con la libertad de el entonces dirigente popular y otros cuatro dirigentes que había sido hechos prisioneros de la dictadura.

Ana María (Mélida Anaya Montes) Como muchos aspectos de su vida política han sido recogidos en diversas obras no me referiré a ellos. Nada mas quiero expresar que la recuerdo como una mujer extraordinariamente culta, inteligente, exigente, bondadosa y elegante. Cualquier extraño que se encontrara con ella, debido a los estereotipos creados por la propaganda anticomunista jamás se imaginaría que era una de las máximas dirigentes revolucionarias salvadoreñas. Era una mujer preclara, iba adelante de los acontecimientos, sabía otear el horizonte político y prever las acciones, su aplastante lógica expuesta de forma sencilla era una de sus cualidades. Por todos los recuerdos positivos que tengo de ella me fue tremendamente doloroso ver las imágenes de su cuerpo tendido en la cama, totalmente perforado por más de 50 punzonazos de pica hielo, desde el rostro hasta los pies, no dejaron ningún área sin martirizarla. Sentí como que me golpeaban la cabeza y me provocó mareo, luego se me aceleró la presión tratando de imaginarme el dolor y sufrimiento que le provocaron. Una de las primeras ideas que se me vino a la mente al ver aquel cuadro dantesco fue que eso era un crimen de odio como efectivamente se comprobó por toda la investigación de los servicios de inteligencia sandinistas que documentaron todo el paso a paso: casas, escondrijos, carros, comunicaciones, vestimenta, armas, entre ellos el pica hielo, etc. utilizados para cometer el crimen. A 30 años de su asesinato sigo convencido que si estuviera viva, El Salvador fuera otro muy distinto, ya hubiéramos avanzado mucho en consensos políticos, educación y cultura, cambios sociales estructurales.

Vayan estos recuerdos como mi muy personal homenaje a la mujer luchadora, la que no se ha quedado esperando le aprueben leyes o que le regalen derechos, a la que lucha a diario y a la que ha entregado su vida por conquistarlos. Es un recordatorio que el camino hacia la justicia, igualdad y democracia esta sembrado de dolorosos sacrificios pero es la única forma de avanzar. Reiterar la certeza que lo importante es dar el paso a participar de forma activa y organizada en el campo que sea, desde las aptitudes y capacidades de cada quien, pero intervenir activamente en los cambios no esperar a que nos los regalen.

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