Este miércoles 2 de febrero lo califico como un día histórico para El Salvador, el gobierno de la República ha hecho un anuncio trascendental para nuestro futuro: La creación de la Banca de Desarrollo, dicho asi podría parecer poco pero tras ello hay toda una concepción filosófica, económica, técnica, financiera, jurídica y social. Quiero expresar mi opinión sobre la dimensión que le veo a esta decisión.
En primer lugar me parece que esta es la mas grande, radical y estratégica decisión en los 19 meses de gobierno porque va dirigida a transformar lo que constituye la base de toda sociedad: La Economía, en este caso se busca transformar las relaciones de producción del país. No debe confundirse con cambiar el Sistema Socio Económico, esta medida lo que busca es cambiar la estructura de la relación entre quienes producen, lo que se produce y como se distribuye el beneficio de lo que se produce.
Desde la independencia en 1821 las relaciones que han privado en la producción son las de un pequeño sector muy poderoso, educado, saludable, dueño de los medios de producción, de la tierra, del gobierno y por si fuera poco se ha apropiado de la mayoría de los beneficios de lo que produce el país, mientras la gran mayoría ha debido aguantarse a vivir en la ignorancia, la miseria y las privaciones que es lo único que se logra al ser un asalariado mal pagado.
La nueva propuesta busca darle a esa gran mayoría de la población la capacidad de producir, generar riqueza y beneficiarse de ella, el cambio es radical, revolucionario quizás.
Pero no se pueden dejar pasar por alto algunos elementos:
El gobierno ha pasado año y medio rogando a la gran empresa a que se comprometa y participe en la reactivación económica del país. La respuesta recibida ha sido adoptar una posición claramente político partidaria y no empresarial, aún este día 2 de febrero aparece en las noticias que FUSADES insiste en que existe incertidumbre política y no hay clima para los negocios, con lo que "los empresarios" justifican no invertir.
El enfoque de la Banca de Desarrollo presentado por el gobierno en el fondo es una bofetada a esos argumentos dejando al gran empresariado (sin decirlo) como simples usureros y anti patriotas que al no recibir las mismas prevendas de cuando controlaban el gobierno, se niegan a invertir en su país y prefieren llevarse sus capitales a otros países.
Es evidente que a estos señores del gran empresariado de nada les ha servido los estudios en universidades de EEUU, Europa o el haber sido funcionarios de organismos multilaterales porque al final confunden el ser empresario y el libre comercio con simplemente querer apropiarse del presupuesto de inversión del Estado a traves de sobornos, licitaciones amañadas, asi como impedir que algunas leyes se aprueben (Ley de Medicamentos, Ley de Libre Competencia) y la aprobación a su antojo de otras (TLC, Bimonetarismo)
El planteamiento del gobierno ya no puede ser mas generador de certidumbre política y económica porque con esta Banca de Desarrollo lo que se esta sentando son bases para desarrollar y consolidar el capitalismo en El Salvador y no algún tipo de Socialismo, si se observa, se busca apoyar al empresario de la micro, pequeña y mediana empresa asi como fomentar el surgimiento de nuevas empresas ¿y eso que es?, es puro capitalismo, la empresa es el alma y el corazón del capitalismo, este enfoque lo que logrará es generar y fortalecer empresas, negocios, empleos, ingresos y al final capacidad de consumo con la que se cierra el ciclo del capital. Pero es tan estrecha y/o egoista la visión de los grandes empresarios que en pleno siglo XXI mantienen la mentalidad de que solo ellos tienen derecho a usufructuar las riquezas de nuestro país mientras la inmensa mayoría deberíamos de vivir de la migajas que se les caigan de su mesa.
Creo que si amamos de verdad nuestro El Salvador debemos apoyar este proyecto del gobierno porque de su éxito depende que se comience a disminuir el flujo de compatriotas que huyen hacia EU, que comience a disminuir la delincuencia, que la gente empiece a soñar con que puede dar una mejor educación, vivienda, ropa y salud a sus hijos e hijas, es decir darles un mejor futuro. Si Farabundo y Romero vivieran, llorarían de alegría
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